Sistema inmunológico humano
Cada uno de nosotros vive en un ambiente hostil, y aunque usted no lo
crea eso es cierto. Sólo tenga en cuenta que alrededor de nuestra piel,
y en contacto con ella, están millones de bacterias que viajan en el
aire así como virus asoladores que no pueden penetrarla. Del mismo
modo, estos invasores entran por la respiración para asediar las
mucosas del tracto respiratorio, y aunque estas mucosas permiten el
intercambio de sustancias con el aire, no deja pasar a los "seres
indeseables" presentes. Igualmente sucede en el tracto digestivo, en la
superficie de los ojos etc. donde hay contacto abundante con los
"intrusos" que intentan penetrarnos. Sin embargo, en general resistimos
muy bien tal ataque severo y nos mantenemos la mayor parte del tiempo
con una buena salud. Pareciera como si el cuerpo estuviera envuelto en
una "coraza" protectora con la mente enfocada de una manera simple: si
no estás conmigo, entonces estás contra mi. Para implementar tal
postura nos apoyamos principalmente en dos sistemas de defensa, que son
independientes pero cooperativos, y logramos con ellos resistencia a
las enfermedades o inmunidad.
Estos son:
1.- Sistema de defensa innato o
no específico:
que como su nombre indica nacemos con él, y erige dos "barreras"
difíciles de franquear: (1) la piel y las mucosas, especialmente
diseñadas para evitar la penetración de microorganismos, y (2) una
segunda linea de combate que equivale a un ejército de soldados que son
llamados a acción por señales químicas si los invasores lograron
penetrar la primera barricada. Esta nueva defensa usa proteínas
antimicrobiales así como fagocitos y otras células para evitar la
diseminación de los invasores a lo largo del cuerpo. El sello
distintivo de esta modalidad "combativa" de defensa es la inflamación.
2.- Sistema de defensa
adaptativo o adquirido: esta modalidad
se parece más a una fuerza élite de combate equipada con armas de alta
tecnología que pueden estar apuntando a dianas específicas. El sistema
de defensa adquirido monta su ataque contra sustancias extrañas
particulares, proporcionando al cuerpo de esta forma de una tercera
linea de defensa. Esta tercera linea de defensa toma mucho más tiempo
en entrar en acción que las defensas innatas y aunque las hemos
separado para la descripción, todas las lineas de defensa funcionan
"hombro con hombro".
Con independencia de que ciertos órganos del cuerpo, particularmente
aquellos del sistema
linfático, están íntimamente involucrados con nuestra respuesta
inmunológica protectora, el sistema
inmunológico
es un sistema funcional en lugar de un sistema de órganos en el sentido
anatómico. En realidad, los "órganos" del sistema inmunológico son
muchos millones de células inmunológicas individuales, especialmente
linfocitos, que habitan en los tejidos linfáticos y circulan en los
fluidos corporales, así como una diversa colección de moléculas. La
tarea protectora se lleva a cabo, o bien por ataque directo a las
células, o bien indirectamente liberando sustancias químicas móviles y
moléculas protectoras o anticuerpos.
Como tratar de abarcar todos los pormenores del tema del sistema
inmunológico haría el artículo excesivamente extenso lo hemos separado
en los artículos siguientes:
1.- Sistema de defensa innato.
2.- Sistema de defensa adquirido.
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