Hemorroides y como tratarlas
Las hemorroides forman parte de los desórdenes relacionados con
la zona
ano-rectal. Los desórdenes ano-rectales incluyen aquellos que se
producen en la periferia del ano, el canal anal y la parte baja del
recto. Muchos signos y síntomas asociados con las hemorroides
pueden
estar a su vez relacionados con desórdenes ano-rectales no
hemorrroideos. Por ese motivo se darán en este artículo
algunas
referencias a otros desórdenes ano-rectales diferentes a las
hemorroides. Las hemorroides se pueden auto-tratar a menudo, sin
embargo, los desórdenes ano-rectales de otra naturaleza
requieren de la
atención de un especialista de la salud.
Las hemorroides son dolencias bastante frecuentes en las personas y es
mas común en los hombres que en las mujeres y su predominio
aumenta
con el trascurso de la edad, con un pico entre 45 y 74 años.
Parece que
los blancos son mas susceptibles a padecerlos que los negros.
También es
mas frecuente, al parecer, en las mujeres embarazadas que en las no
embarazadas para la misma edad y surgen más en el período
post
parto.
La zona ano-rectal
Los desórdenes ano-rectales (figura 1) son aquellos que se
producen en
la zona
perianal (en la periferia del ano), en el canal anal y en la parte baja
del recto. El área perianal es aquella porción de la
piel
y glúteos que
rodea inmediatamente el ano. La presencia de terminales nerviosas
sensoras en esta zona la hace muy sensible al dolor. Los tejidos
perianales difieren de otros tejidos de la piel en que son mas
húmedos
que las partes expuestas del cuerpo.
Figura 1.
Desórdenes del
canal ano-rectal
El canal anal, de unos 4 cm de longitud es la zona del cuerpo que
conecta la última parte del sistema gastrontestinal (figura 2)
con el
exterior. Las últimas dos terceras partes del canal (las mas
bajas)
están recubiertas por una piel, algo modificada, cuyo tejido es
muy
similar al de la piel del resto del cuerpo. Hay una linea divisoria,
conocida como linea dentada que separa dos zonas con cierta
diferenciación en cuanto al epitelio (piel) y la capacidad
sensorial de
dolor.
Esta linea divide el epitelio columnar (arriba) del epitelio escamoso
(abajo) y también es la frontera de las terminales sensoras de
dolor,
de manera que los desórdenes que se producen por debajo de la
linea
dentada pueden producir dolor, mientras que los que están por
encima
rara vez causan malestar. El epitelio por encima de la linea dentada
forma pliegues longitudinales conocidos como columnas de Morgagni.
Entre los pliegues, y muy cerca de ellos,
hay unas pequeñas bolsas localizadas en la parte baja del canal
anal,
estas bolsas pueden quedar obstruidas por material
extraño
posibilitando las infecciones, tales como los
abscesos y las
fístulas.
Los esfínteres son una suerte de válvulas que cierran o
abren el paso
entre el recto y el canal anal, o entre el canal anal y el exterior. El
esfínter externo se puede manejar a voluntad y normalmente
está cerrado
para prevenir el paso de las heces fecales de manera involuntaria. El
esfínter interno está manejado por su propio sistema de
nervios
autónomos y es el responsable del acto de defecación, de
forma que solo
podemos defecar cuando se ha relajado el esfínter interno por el
mecanismo autónomo. La relajación del esfínter
interno está acompañada
de la sensación sujetiva de deseos de defecar.
En personas sanas el epitelio (piel) que recubre el canal anal resulta
en una barrera contra la absorción de sustancias al interior del
cuerpo, por lo tanto, los productos aplicados de manera tópica
(sobre
el epitelio) en esta área, producen primariamente efectos
locales. No
obstante si hay una pérdida o rotura de la barrera protectora la
naturaleza absorbente del canal anal se altera.
El recto, de unos 12 cm de
longitud es la porción terminal del
intestino grueso y se
encuentra por encima del canal anal. Se extiende
desde la linea dentada hasta el colon sigmoide (figura 2). La
mucosa
del recto está recubierta por una membrana semi permeable
altamente
vascular (con vasos sanguíneos) y desprovista de
sensores de
dolor.
La parte mas importante del sistema vascular, situada por encima y por
debajo de la linea dentada son la
arterias
hemorroidales
y las venas acompañantes. Las venas y arterias que corren por
debajo de
la linea dentada se consideran externas, mientras que aquellas que
corren por arriba, internas. Debido a que el entramado de los vasos
hemorroidales que corren por debajo de la mucosa del recto, siguen una
vía de retorno de la
sangre
al corazón por las venas
hemorroidales que
no pasa por el hígado, resulta muy importante evaluar la
toxicidad
potencial de los fármacos que se usen en el recto.
Las hemorroides y sus causas
Las hemorroides son conglomerados de vasos hemorroidales, sus tejidos
de soporte y las
membranas
mucosas que los recubren, anormalmente
grandes, sintomáticos y abultados.

Figura 2. Sistema gastrointetinal.
|
Muchos factores están
involucrados
en las causas de las hemorroides, incluyendo la postura erecta,
el embarazo, estar mucho tiempo de pie o sentado, dieta pobre en
fibra,
estreñimiento,
diarrea y levantar
grandes pesos con esfuerzo. Las
hemorroides sintomáticas (con síntomas) parece que se
desarrollan en
individuos
susceptibles. Aunque la información es contradictoria, la
herencia
puede jugar un papel importante.
Los hábitos a la hora de defecar, como hacer esfuerzo para ello,
o
estar un tiempo prolongado sentado en el mueble sanitario, pueden
incrementar la presión sobre los vasos hemorroidales y acelerar
la
formación de hemorroides.
Durante el embarazo, el peso del
útero ejerce presión
sobre las venas
hemorroidales y puede conllevar a hemorroides.
La teoría mas aceptada de la formación de la hemorroides
es la
siguiente:
Al nacer, el ser humano tienen unas "almohadillas" o "cojines" de vasos
sanguíneos naturales colocados circunferencialmente en el canal
anal
por encima de la linea dentada. Estos "cojines" se presentan como tres
masas discretas que ocluyen
parcialmente el ano para contribuir a la continencia (contener las
heces). Las almohadillas, además de los vasos, tienen tejido
muscular
liso y
tejido
conectivo de soporte que se proyecta al interior del canal anal,
y están sometidas a una fuerza descendente a la hora de defecar,
debido
al empuje de las heces. En los individuos jóvenes, las fibras
musculares aseguran las almohadillas y sujetan el entramado de vasos
venosos. Sin embargo, con el transcurrir del tiempo las fibras
musculares se va haciendo mas débiles; entonces el cojín
se desliza, se
apiña, sangra y eventualmente sobresale.
Tipos de hemorroides
Las hemorroides se pueden desarrollar tanto en las venas hemorroidales
superiores, produciendo hemorroides internas, como en las inferiores
formando hemorroides externas. Aunque coloquialmente las personas
tiendan a considerar hemorroides aquellas venas dilatadas externas que
producen molestias.
Hemorroides internas.
Las hemorroides internas se producen por encima de la linea dentada y
están recubiertas de epitelio columnar y no tienen fibras
sensoriales.
Estas hemorroides se clasifican de acuerdo al grado de prolapso (cuanto
están fuera de lugar) en 4 grados.
1.- Primer grado: Las hemorroides están agrandadas pero
no
prolapsan dentro de canal anal.
2.- Segundo grado: Las hemorroides sobresalen hacia
adentro
del
canal anal al defecar pero retornan expontaneamente a la
posición
normal.
3.- Tercer grado: Las hemorroides sobresalen dentro del
canal
anal al defecar pero pueden ser llevadas a su posición normal
manualmente.
4.- Cuarto grado: Las hemorroides están permanentemente
prolapsadas y no pueden ser introducidas dentro del ano manualmente.
Hemorroides externas
Se desarrollan por debajo de la linea dentada y están cubiertas
por
tejido escamoso. A diferencia de las internas estas si tienen
terminales sensoras. Normalmente son visibles como bultos azulados en
el borde marginal externo del ano. El color azul se debe a vasos
sanguíneos trombosados (con restricciones de flujo
sanguíneo internos). Los
síntomas de hemorroides externas trombosadas van desde malestar
ligero
hasta dolor intenso.
Trastornos ano-rectales no hemorroidales.
Potencialmente se pueden presentar trastornos serios ano-rectales, que
incluyen abscesos, fístulas, fisuras, neoplasmas,
pólipos, prurito anal (picazón en el ano)
e inflamaciones, con síntomas parecidos a los de las hemorroides
que no
deben ser auto-tratados y se debe acudir al médico si sospecha
de
alguno de ellos.
La tabla 1 da algunos detalles sobre estos desórdenes no
hemorroidales.
Tabla 1.
Desórdenes
ano-rectales no hemorroidales.
Desorden
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Origen
y causa
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Síntomas
comunes
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Comentario
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Absceso anal
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Obstrucción de
glándulas
anales, que resulta en inflamación dolorosa en la zona perianal o el
canal anal.
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Fiebre, inflamación
local, enrojecimiento, sensibilidad,y una protuberancia o bulto
doloroso en la zona del recto o los glúteos.
|
Usualmente identificado en
el examen físico. Ponen en peligro la vida si no se tratan a tiempo
|
Fístula anal
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Drenaje
incompleto o falta
de cicatrización de un absceso ano-rectal manifestado como un área
hundida y fibrosa recubierta con tejido granular (tejido de
cicatrización).
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Drenaje crónico y
persistente, dolor, posible sangrado al defecar.
|
Requiere reparación
quirúrgica.
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Fisura anal
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Úlcera en forma de
ranura
dentro del canal anal o en los márgenes del ano.
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El dolor, durante, o
después de defecar puede persistir desde varios minutos hasta varias
horas. Si hay sangramiento, normalmente puede
verse en el papel sanitario.
|
Hay algún
desorden
subyacente como tuberculosis, o infecciones
de transmisión sexual, neoplasma o HIV/SIDA.
|
Neoplasma anal
|
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Sangramiento, cambio en
los hábitos de defecación, estreñimiento, diarrea, descarga anal,
crecimiento de una masa externa o interna, dolor,
prurito, o erupción. Puede no tener síntomas.
|
Poco común
relativamente,
la mayoría son curables pero los melanomas pueden conducir a la muerte.
|
Pólipos
|
Protuberancias
pendulares
(como péndulo) que crecen en las mucosas y se extienden al interior de
las cavidades, son mas comunes en el colon, pero pueden estar en el
canal anal.
|
Sangrado
|
Pueden ser benignos
y malignos
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Prurito anal
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Se asocia con condiciones
primarias subyacentes, por ejemplo, desórdenes dermatológicos (de la
piel) y otras
causas como: uso de papel o jabón higiénico teñido o perfumado, ropas
apretadas o ciertos medicamentos
|
Picazón persistente
en la
región anal; mas pronunciada a la hora de dormir o cuando no se tiene
preocupación.
|
Afecta a hombre más que a
mujeres.
|
Signos y síntomas de las hemorroides
Como los síntomas de las hemorroides propensas al
auto-tratamiento se
pueden confundir con aquellas de hemorroides que necesitan
atención
médica, así como los de otros desarreglos mas graves del
área
ano-rectal, que tampoco son susceptibles al auto-tratamiento, se ha
confeccionado la
tabla 2, la que da elementos para que decida como proceder si se siente
algún
síntoma en esta zona.
Tabla 2. Síntomas y
signos de
los desórdenes ano-rectales.
Signo/síntoma
|
Definición
y
causa
|
Usualmente
auto-tratables
|
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Picazón (prurito).
|
Estímulo moderado
de las
fibras nerviosas sensoras en el área ano-rectal. Esta asociado a
muchos
desórdenes, incluyendo las hemorroides.
Causas comunes: higiene pobre (incluyendo la mala limpieza anal
después
de defecar) enfermedades por parásitos, infecciones por hongos,
alergias
(incluyendo reacciones a telas, jabones, detergentes, colorantes y
perfumes en el papel sanitario). Puede ser secundario a la turgencia
(vea mas bajo en la tabla) o
relativo a la dieta (café, chocolate, jugo de cítricos) y
uso oral de
fármacos de amplio espectro, muy rara vez sicológico.
|
Malestar
|
Se puede deber a la
quemazón, picazón, dolor, irritación y turgencia
en el área ano-rectal.
|
Irritación
|
Sentimiento
incómodo
asociado a la estimulación de las fibras nerviosas en la zona
ano-rectal.
|
Quemazón
|
Gran grado de
irritación
de las fibras nerviosas sensoriales, más que la observada en la
picazón
ano-rectal. Síntoma común de los desórdenes
ano-rectales incluyendo las
hemorroides. La sensación de calentamiento o de quemadura puede
ser
constante o aparecer solo durante la defecación.
|
Inflamación*
|
Reacción de los
tejidos
caracterizada por calor, enrojecimiento o decoloración, dolor, e
hinchazón. Se asocia a menudo con traumas, alergia o
infección.
|
Turgencia
(hinchazón)*
|
Agrandamiento temporal de
las células o los tejidos resultado del exceso de líquido
asociado con
las hemorroides. Puede estar acompañado de dolor,
quemazón o picazón.
|
Requiere visita al
médico
|
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Dolor
|
Estimulación
intensa de
los sensores nerviosos causados por inflamación o
irritación. Las
hemorroides internas usualmente no duelen. Dolor puntual y agudo
perianal, se puede deber a una hemorroide externa trombosada. El dolor
causado por una fisura anal durante la defecación parece "como
si le
estuvieran cortando con una navaja" . Los abscesos, las fístulas
y los
neoplasmas también pueden causar dolor.
|
Sangrado
|
El sangrado rectal no debe
ser asumido como de origen hemorroidal. Puede ser debido a otros
desórdenes ano-rectales como el síndrome del intestino
irritable, una
úlcera péctica, várices en el esófago o
gástricas, absceso, fístula o
dolencias malignas del colon o recto. El sangrado sin dolor durante, o
después de la defecación, caracterizado por manchas de
sangre en el
papel sanitario o color rojo brillante en el agua de la taza sanitaria
es un síntoma común de hemorroides internas. El sangrado
de las
hemorroides externas trombosadas usualmente ocurre después que
la piel
se ulcera. El sangrado gastrointestinal es de color negro y
alquitranado en las heces, o la salida profusa de sangre roja a la taza
sanitaria.
|
Filtración
|
Paso involuntario de heces
fecales o mucus debido a que el esfínter anal no cierra bien.
Puede
incluir la descarga de pus o heces desde una fístula que
comunica el
recto con el canal anal.
|
Cambios en el
patrón de
defecación
|
El incremento o la
disminución de la frecuencia de defecación, diarrea o
estreñimiento.
Puede deberse a un serio desarreglo subyacente ano-rectal.
|
Prolapso
|
Es una protuberancia de
tejido hemorroidal o del recto hacia el canal anal. Las protuberancias
varían en dimensiones y normalmente aparecen después de
defecar, largo
tiempo de pie, ejercicios físicos no usuales o después
que se hincha un
tejido hemorroidal al perder el soporte muscular; no duelen, a menos
que
vaya acompañado de trombosis, infección o
ulceración.
|
Trombosis
|
Manifestación
común de las
hemorroides. La estrangulación por el esfínter anal de
una hemorroide
externa prolapsada puede conducir a trombosis. El dolor asociado es mas
agudo durante las primeras 48-72 horas, pero usualmente se resuelve
entre 7 y 10 días. La hemorroides internas trombosadas producen
muy poco
dolor, la persona no advierte el problema hasta que no se produce un
cambio repentino en los hábitos de defecación. Si la
hemorroide
trombosada persiste puede derivar en gangrena o
ulceración en la
superficie causando sangramiento, especialmente al defecar.
|
*La inflamación y
la
turgencia o hinchazón aunque en la práctica cotidiana son
términos
intercambiables, tienen causas internas diferentes.
Tratamiento de las hemorroides.
Metas del tratamiento
Las metas del tratamiento deben ser:
1.- Aliviar y mantener aliviados los síntomas
ano-rectales:
picazón, irritación, quemazón, inflamación,
hinchazón y el malestar.
2.- Prevenir complicaciones que conduzcan a
condiciones
adversas.
Enfoque general del tratamiento.
Lo primero que debe decidirse es, si la dolencia se puede auto-tratar o
hay que acudir al médico, cuando hay síntomas
relacionados con
desórdenes ano-rectales. Las cuestiones a continuación
indican cuando
se debe excluir el auto-tratamiento y se debe consultar a un
especialista.
1.- Si es menor de 12 años de edad.
2.- Si ha sido diagnosticado con dolencias
gastrointestinales
que producen sangramiento.
3.- Si hay historia familiar de cáncer del colon.
4.- Si sospecha de desordenes ano-rectales serios
tales cono
absceso, fístula o fisura, neoplasma, pólipos.
5.- Signos o síntomas ano-rectales tales como:
aparición de
dolor intenso, sangramiento, filtración, prolapso, trombosis,
heces negras y alquitranosas; y severa, o incluso moderada
picazón,
hinchazón, inflamación o molestia.
Terapia no farmacológica
Las medidas a tomar sin usar fármacos para eliminar las
hemorroides se
asocian con adecuar la dieta y mantener una buena práctica de
higiene.
Además se deben tener en cuenta:
1.- No levantar objetos pesados.
2.- Evitar las comidas que producen irritación o que
agravan
los síntomas.
3.- Incrementar el consumo de fibras.
4.- Hacer ejercicios.
5.- Si padece de hemorroides sangrantes no usar Aspirina
o
alguno de los analgésicos anti-inflamatorios no esteroides como
el
ibuprofeno, naproxeno o ketoprofeno.
Medidas dietéticas
Las comidas ricas en fibra ablandan las heces y pueden prevenir la
irritación y además la aparición de
pequeñas hemorroides sintomáticas.
El consumo de fibras debe ir acompañado del incremento en la
toma de
líquidos a unos 8 vasos al día.
Hábitos de defecación
Deben alentarse los métodos apropiados de defecación. Se
debe evitar
estar sentado en la taza sanitaria por mas de 5 minutos para evitar el
esfuerzo y disminuir la presión sobre los vasos hemorroidales.
Demorar
el tiempo de ir a defecar después que aparecen las ganas, puede
conducir
al estreñimiento y la formación de hemorroides.
Higiene anal
Una buena higiene anal ayuda a aliviar los síntomas ano-rectales
y
puede prevenir la recurrencia de picazón en la zona perianal. Se
debe
prestar atención a la limpieza del área perianal de forma
regular,
especialmente después de defecar usando agua y jabón
suave y no
perfumado, o bien con almohadillas comerciales húmedas. No es
bueno
estregarse excesivamente el área perianal a la hora del
baño para
minimizar el agravamiento de la sensible zona.
Baños de asiento
Los baños de asiento promueven la higiene especialmente
después de
defecar. Se puede sentar en agua tibia (43-46°C) dos o tres veces
al
día por 10 minutos.
Cirugía
Las hemorroides grandes y prolapsadas se corrigen con cirugía.
Los
procedimientos quirúrgicos incluyen la extracción de una
o las tres
masas hemorroidales.
Procedimientos no quirúrgicos
Los procedimientos no quirúrgicos incluyen: inyección con
ciertas
sustancias, dilatación del canal anal o de la parte baja del
recto,
criocirugía (cirugía con frío), electro
coagulación, coagulación con
rayos infrarrojos, y la hipotermia anal local con objetos congelados.
Terapia farmacológica
Los fármacos disponibles sin prescripción que se usan
para aliviar los
síntomas ano-rectales incluye los anestésicos locales,
los
vasoconstrictores (que contraen los vasos sanguíneos), los
protectores, los
astringentes,
los
queratolíticos (ablandadores de la queratina

, un componente de
la
piel) y los
analgésicos/anestésicos/anti-pruríticos. No
obstante solo
los astringentes, ciertos protectores y los vasoconstrictores se deben
usar para hemorroides internas.
Anestésicos locales
Los anestésicos locales (tópicos) que se pueden usar en
muchos países
para los preparados ano-rectales de uso externo incluyen:
benzocaína,
alcohol bencílico, dibucaína, lidocaína,
diclonina, pramoxina,
tetracaína así como los clorhidratos de varias de ellas.
Todos sirven
para aliviar el malestar, la picazón y la quemazón
bloqueando la
transmisión de los impulsos nerviosos.
Prácticamente no se absorben por la piel si está sana,
pero el efecto
puede cambiar si la piel está erosionada. Deben usarse con
precaución
debido a que pueden ocultar los síntomas de un padecimiento mas
serio.
Su utilidad se reduce a la zona perianal o a la parte del canal anal
por debajo de la linea dentada, recuerde que en el recto no hay fibras
nerviosas y por tanto dolor.
Pueden producir dermatitis (inflamación de la piel) por
contacto, especialmente la benzocaína,
si es su caso, cambie a otro tipo de anestésico local, consulte
al
farmacéutico.
Vasoconstrictores.
Los agentes químicos de este tipo que se usan con frecuencia
son:
sulfato de efedrina, epinefrina hidrocloruro y fenilefrina
hidrocloruro. Todos producen una contracción de las arterias mas
pequeñas (arteriolas), lo que trae consigo una reducción
de la
turgencia. Estos fármacos pueden producir efectos adversos
incluso a
las dosis recomendadas, tales como: nerviosismo, tremor (movimientos
rítmicos involuntarios de una parte del cuerpo), somnolencia,
nauseas,
y pérdida del apetito. También puede producirse con menos
frecuencia:
elevación de la presión sanguínea, agravamiento
del hipertiroidismo,
arritmias cardíacas (pulso errático).
Solo se recomiendan para uso tópico temporal, su uso prolongado
puede
desembocar en: ansiedad o paranoia (sentir sensaciones angustiantes) y
mas comúnmente el rebrote de la dilatación de los vasos.
Las personas con diabetes, enfermedades de la
tiroides, hipertensas,
con angina de pecho o próstata agrandada, así como las
que tomen
antidepresivos, o fármacos cardíacos no deben usar estos
agentes sin
consultar con el médico.
Protectores
Los protectores son agentes que se usan en preparaciones tópicas
y en
muchas ocasiones sirven de vehículo, base, o transporte de los
medicamentos activos como los analgésicos o lo
vasoconstrictores. Son
comunes el gel de hidróxido de
aluminio, la manteca de
cacao, la
glicerina,
las grasas duras, el
caolín,
la
lanolina, el
aceite mineral,
el petrolato, el aceite de hígado de tiburón, el aceite
de hígado de
bacalao, el óxido de
zinc, la calamina, y el
almidón tópico.
Producen alivio temporal a la picazón, irritación,
quemazón y malestar
asociados con las dolencias externas e internas ano-rectales, excepto
la
glicerina que puede usarse solo de forma externa.
Su acción se debe a que reducen la irritación y la
pérdida de agua del
estrato córneo (la parte mas externa) de la piel al formar una
barrera
física sobre esta. La reducción de la perdida de agua
puede suavizar o
ablandar la capa de mucosa seca de ano.
Excepto la lanolina, que puede producir reacciones alérgicas
adversas,
los demás tienen muy pocos efectos sistémicos o
indeseables debido a
que se absorben en escasa cantidad.
Astringentes
Los astringentes principalmente usados son el óxido de zinc, la
calamina (los que a su vez son protectores) y el Witch hazel (un
derivado de plantas del género
Hamamelis),
que se usan para el alivio
temporal de la picazón, la irritación y la
quemazón asociados con las
dolencias ano-rectales.
Su acción se atribuye al efecto de contracción, arrugado,
a la
disminución de irrigación sanguínea superficial y
de secreción del área
afectada lo que conduce a una zona seca, y esto alivia las sensaciones
de picazón, quemazón o malestar locales.
El Witch hazel solo se puede usar externamente.
Queratolíticos
Hay dos ingredientes queratolíticos aprobados para el uso en
preparados
hemorroidales:
el clorhidroxialantoinato de aluminio y el resorcinol.
Los queratolíticos producen descamación y
desbridación (eliminación del
tejido muerto), o el desprendimiento de las células epiteliales
superficiales, fomentando la rotación y la sustitución de
las pérdidas
de células superficiales. Los queratolíticos pueden
ayudar a exponer
los tejidos subyacentes de forma que otros medicamentos se puedan
aplicar localmente.
Cuando se aplican en bajas concentraciones pueden ayudar un tanto a
aliviar la picazón y el malestar, pero no se sabe el mecanismo
de
acción.
Debido a que las membranas mucosas no tienen capa de queratina, no
tiene sentido su uso en el interior del recto.
Analgésicos/anestésicos/anti-pruríticos
(contra-irritantes)
Los productos que caen en esta categoría son el
mentol, el
alcanfor y la brea de enebro o aceite cade. Estos agentes causan alivio
a la picazón, la quemazón o el malestar cuando se usan en
el área
perianal, debido a que producen una sensación de calor,
frío o
cosquilleo que distrae de las sensaciones primarias. Los productos no
deben usarse internamente ya que el recto no tienen fibras nerviosas.
El mentol puede producir reacciones alérgicas, y untado a
áreas
extensas de la piel tiene la posibilidad de generar efectos adversos
serios, por tal motivo cuando use productos para las hemorroides con
este agente, hágalo solo en el área afectada y sin
abundancia.
Corticosteroides
La hidrocortisona, en muchas partes, el único fármaco de
este tipo que
se expende sin prescripción. No deben usarse preparados con mas
de 1%
para el auto-tratamiento. El agente produce alivio a la picazón
externa
anal debido a las erupciones o irritaciones menores. El comienzo del
alivio puede tardar unas 12 horas pero el tiempo de duración es
mayor
que la mayoría de los otros agentes.
Laxantes
Para prevenir el esfuerzo durante la defecación, algunas
personas
requieren utilizar laxantes del tipo formador de bulto o algún
emoliente, en adición a la ingestión adecuada de
líquidos y de
alimentos ricos en fibras (vea el artículo
Estreñimiento para conocer sobre
estos
tipos de laxantes).
Los pacientes con hemorroides sintomáticas experimentan una
significativa reducción del dolor y el sangramiento dentro de
pocas
semanas, si usan de forma regular y adecuada estos laxantes. Tenga en
cuenta que los laxantes y el consumo de forma excesiva de alimentos
ricos en fibras pueden producir diarrea.
Productos combinados.
En el mercado usted puede encontrar productos donde se combinan
diferentes agentes, siga las instrucciones del producto para su uso.
Terapias complementarias
Hay algunos preparados comerciales que utilizan sustancias de
diferentes plantas a los que se les atribuye efectividad en el alivio
de los síntomas de las hemorroides, pero en general su
efectividad no ha
sido probada (a excepción de Witch hazel) y muchos de ellos
entrañan
riesgos. La
plantago psyllium
se usa como laxante efectivo para prevenir el dolor y el sangramiento
de las hemorroides durante la defecación.
Otros temas sobre el uso de
los medicamentos sin prescripción
aquí.
Para llegar a la descripción de otras enfermedades humanas
aquí.
Para ir al índice general del portal
aquí.