Cafeína y su uso
La cafeína es la sustancia primaria utilizada universalmente para
disminuir la somnolencia y la fatiga, efectos que reducen
sustancialmente
el rendimiento físico e intelectual de la persona con el consecuente
aumento en el riesgo de tener un accidente cuando se maneja un
vehículo,
o en el trabajo. La cafeína está ampliamente disponible desde muchas
fuentes, es barata y por ello es el estimulante del sistema nervioso central más utilizado en el mundo.
Se considera que como promedio las personas consumen entre 3 y 7 mg
diarios de cafeína por kilogramo de peso corporal teniendo en cuenta
todas las fuentes, y el consumo de unos 300 mg/día o menos se toma como
un consumo moderado. Las fuentes primarias de ingestión de cafeína son:
el café cuya concentración oscila entre 50 y 130 mg por cada 150 mL, el
té con 25 a 50 mg por cada 150 mL, y los refrescos con 30 a 50 mg por
lata de 12 onzas fluidas (aproximadamente 355 mL). También existe
diversos fármacos, tanto de venta libre como por prescripción, que
contienen cafeína, y es la suma de todas estas fuentes la que puede
conducir a efectos adversos, o a la interacción con otros fármacos.
Muchas personas acuden al café, té o bebidas carbonatadas para aliviar
los síntomas ocasionales de la somnolencia y la fatiga, sin embargo, si
estos síntomas son crónicos (duran mucho tiempo), especialmente si de
duerme bien, se debe acudir al médico y no intentar resolver los
síntomas por auto tratamiento con cafeína. Ciertas condiciones médicas
como el hipotiroidismo (en particular en la mujer), la anemia, y la apnea al dormir , a menudo presentan síntomas similares.
Propiedades fisiológicas de la cafeína
Una dosis oral de cafeína de 1 mg/kg de peso corporal, aproximadamente
una taza de café o a una píldora de cafeína de las que se expenden sin
prescripción, resulta en un pico de concentración de esta sustancia en el
plasma sanguíneo entre 1 y 2 mg/L en el plazo entre 15 y 120
minutos posteriores a la ingestión, dada la rápida y total absorción de
la cafeína. Como la cafeína es soluble en agua se distribuye rápida y
ampliamente en todos los tejidos del cuerpo y tiene un efecto casi
inmediato en la elevación de la alerta de la persona, la que persiste
aproximadamente entre 5 y 7 horas.
El hígado es el encargado de eliminar la cafeína y su metabolismo puede
estar influenciado por: la ingestión previa, el sexo de la persona, si
se es fumador o no y por el uso de otros medicamentos. La semivida
de la cafeína está entre 3 y 6 horas generalmente, pero las
mujeres y las personas de edad avanzada pueden tener este período de
tiempo más prolongado y por ello son más susceptibles a los posibles
efectos adversos del uso de la cafeína (vea más adelante estos
efectos). La semivida de la cafeína en los recién nacidos se ha
reportado tan larga como 82 horas.
La cafeína incrementa la excreción de agua y sales, y tiene un leve efecto diurético. También produce una leve relajación de la musculatura lisa de los bronquios. Su ingestión puede aumentar la secreción de ácido clorhídrico y pepsina (enzima que degrada las proteínas) en el estómago, así como puede producir la relajación del esfínter gastroesofágico, y ambas cosas empeoran los síntomas de las úlceras gástricas, del reflujo gastroesofágico o de la esofagitis (inflamación del esófago).
Dependencia
Los tomadores habituales de cafeína, aun con consumos pequeños como 1 o
dos tazas de café diarias (80 a 160 mg/día) que abruptamente suspenden
su consumo pueden experimentar síntomas leves ante la suspensión. Los
síntomas comunes incluyen: dolor de cabeza punzante, fatiga, o ansiedad,
y pueden aparecer dentro de las 12 a 24 horas posteriores al cese del
consumo. Los síntomas usualmente tiene su pico en 20 a 48 horas y pueden
durar hasta 7 días.
Otros síntomas de mayor seriedad que pueden surgir en los adultos al
abandonar el consumo de cafeína pueden ser: diaforesis (excesiva
sudoración), náuseas, vómitos,
intranquilidad e irritabilidad. Los síntomas y efectos físicos han sido
observados en niños si estos consumen cafeína en proporciones cuatro
veces mayores que el consumo normal, y también pueden aparecer en los
recién nacidos cuando la madre consume de forma crónica altas
cantidades de cafeína (más de 800 mg/día) y abandona la ingestión.
Eficacia y dosis
Muchas personas ingieren cafeína para aumentar su estado de alerta y
reducir la fatiga, como por ejemplo, los trabajadores de turnos
rotatorios, los conductores de vehículos en viajes nocturnos, los que
están de guardia nocturna en el trabajo (médicos, enfermeras,
centinelas etc..) o los estudiantes cuando estudian la materias hasta
tarde en la noche debido a un examen. Si nos atenemos a las
recomendaciones de los suplementos de cafeína que se expenden sin
receta médica podemos decir que la dosis máxima de cafeína al día sería
de 600 mg a razón de 100 o 200 mg cada 3 o 4 horas de acuerdo a la
necesidad.
Pero la cafeína se utiliza también en otras situaciones que nada tienen que ver con los casos anteriores de nocturnidad veamos:
1.- ¿Es útil consumir cafeína durante el día para el aumento del estado de alerta de los individuos con alerta normal?:
Los resultados de los estudios no resultan del todo claros y parecen
depender del tipo de tarea que se ejecuta y del estado de alerta
previo. Así tenemos que estos estudios sugieren que el uso de
cafeína de forma regular en dosis de entre 2 y 4 mg/kg al día es la forma más
efectiva para mejorar el rendimiento en la realización de tareas
simples, rutinarias y repetitivas que requieren atención sustancial,
cuando el estado de alerta del individuo está disminuido debido a falta
de sueño o excesivo estrés.
2.- ¿Si se consiguen y
sostienen resultados positivos en el rendimiento durante el día; es
importante la fuente de la que se obtiene la cafeína?: Un
estudio utilizando el método de diseño cruzado aleatorio se realizó
para comparar los efectos de 1 o 2 tazas de té (37.5 mg/taza) o café
(75 mg/taza) contra agua, administrada cuatro veces durante el día. Las
personas que recibieron las dosis de cafeína, sin importar el origen,
mostraron una mejora en el rendimiento cognitivo y el rendimiento psicomotriz
a lo largo del día y atardecer. Como podía esperarse las dosis altas
tuvieron un significativo impacto negativo en el sueño. Note que las
dosis de cafeína bajas presentes en el té proporcionan beneficios
similares a las del café pero sin causar los disturbios típicos de
este último en los patrones de sueño.
3.- ¿Puede la cafeína mejorar la alerta y el rendimiento para minimizar los accidentes de tránsito?: Ensayos a ciegas compararon los efectos de 200 mg de cafeína contra placebo
en el rendimiento al manejar vehículos en un simulador durante las
primeras horas de la mañana. Un estudio incluyó a personas que habían
tenido restricciones en el sueño la noche anterior, y el otro a
personas sin dormir. Para el caso de las que sufrieron restricciones en
el sueño, el uso de cafeína atrasó el adormecimiento unas dos horas, y
en aquellas que no durmieron lo hizo por solo unos 30 minutos.
4.- ¿Cuan efectiva es la cafeína en la neutralización del
deterioro que produce el alcohol en la capacidad para el manejo de
automóviles?:
El efecto del uso de dosis de 200 y 400 mg contra placebo fue medido en
un simulador utilizando a personas con la capacidad de manejo
disminuida debido al alcohol en dos estudios a ciegas aleatorios (al
azar). Ambas dosis fueron efectivas mejorando el tiempo de respuesta de
frenado pero no tuvieron efecto mejorador en el resto de los problemas
clásicos que produce el alcohol en el manejo.
5.- ¿Mejora la cafeína el rendimiento atlético?:
Las dosis de cafeína de entre 4 y 10 mg/kg mostraron mejoras en el
rendimiento atlético en eventos de resistencia (ciclismo, remos, tenis)
las que pueden impactar en los resultados obtenidos. Sin embargo, una
dosis de 6 mg/kg no muestra beneficios de rendimiento en las
actividades deportivas de elevada arrancada y velocidad, de modo que su
uso queda restringido a ciertas actividades deportivas de resistencia.
Dadas estas circunstancias el Comité Olímpico Internacional ha impuesto
restricciones al uso de la cafeína antes de la competencia.
Efectos adversos
El consumo de cafeína en altas dosis puede causar efectos adversos
cardiovasculares y el el sistema nervioso central. Los síntomas que
pueden presentarse incluyen: incremento en el ritmo cardíaco y en la
presión sanguínea, así como ansiedad e incremento en el temblor de las
manos.
Las personas más susceptibles a padecer de efectos adversos son:
1.- Personas que no toman café, té u otra fuente de cafeína de forma habitual.
2.- Personas de edad avanzada.
3.- Las féminas, especialmente aquellas que no consumen cafeína y son no fumadoras.
4.- Las personas propensas a ataques de pánico o de ansiedad.
Cafeína y embarazo
Cuando se usa con moderación (menos de 200 mg/día), el consumo de
cafeína no se ha asociado con riesgos al feto. Tampoco tiene una
relación negativa en cuanto al peso y estatura o la circunferencia de
la cabeza al nacer. De esto se desprende que parece prudente limitar el
consumo de cafeína a menos de 200 mg/día y se debe ser cuidadoso en
incluir en la suma del total de cafeína consumida a todos los productos
ingeridos que la contienen (píldoras, café, té etc.).
Cafeína y la mujer lactante
Es usual considerar por las instituciones médicas que el consumo usual
de cafeína en la dieta es compatible con la mujer lactante. La cafeína
pasa con rapidez a la leche pero no afecta su producción. La cantidad
de cafeína en la leche después de la ingestión se ha estimado entre 1.5
y 3.0 mg/ taza y este rango depende de la capacidad de la mujer para
metabolizar la cafeína. El pico en la concentración de cafeína en la
leche ocurre una hora después del consumo materno de esta. Los recién
nacidos eliminan la cafeína muy lentamente y tanto, estos, así como los
infantes con baja capacidad para metabolizar la cafeína, cuando reciben
altas cantidades de cafeína vía leche materna pueden sufrir de síntomas
tales como:
1.- Nerviosismo.
2.- Ritmo cardíaco acelerado.
3.- Falta de sueño.
4.- Falta de apetito.
5.- Irritabilidad.
Por ello, la mujer lactante debe considerar consumir la cafeína en
cantidades bajas (menos de 2 tazas) después de haber amamantado, a fin de
minimizar su influencia en el bebé.
Cafeína y niños/adolescentesSiempre
se ha tenido cierta preocupación con respecto al uso de cafeína en
niños y adolescentes, sin embargo, los ensayos realizados en los
Estados Unidos donde como promedio los niños consumen unos 0.7 mg/kg
por día, sostienen que los efectos de la cafeína en el comportamiento
son a lo sumo modestos.
Los estudios indican que las dosis bajas de cafeína (3 mg/kg por día)
suministradas de una sola vez muestran efectos despreciables en el
comportamiento de los varones antes de la pubertad.
Cafeína en las personas de edad avanzada
Se han expresado preocupaciones en cuanto al uso crónico de dosis altas
de cafeína y la mineralización de los huesos en las mujeres, con el
consecuente aumento del riesgo de osteoporosis y fractura de huesos,
pero estudios recientes han mostrado falta de conexión entre el consumo
de cafeína y la osteoporosis cuando se consumen las cantidades
adecuadas de calcio en la dieta. Por su parte el consumo habitual de té
produce un incremento en la mineralización ósea y posiblemente una
cierta protección contra la osteoporosis, lo que se atribuye al
contenido de flúor y de otros muchos componente beneficiosos en esta
hierba.
Cafeína y diabetes
Ciertos estudios han sugerido que el café puede tener un efecto
protector contra el desarrollo de la diabetes mellitus Tipo 2. El
consumo de altas cantidades de café (más de 7 tazas al día) resultaron
en una disminución hasta el 50% en el riesgo de padecer de diabetes.
Estos resultados no implican que sea la cafeína la del efecto protector
y quizás sea alguna de las otras múltiples sustancias contenidas en el
café. El futuro podrá aclarar este enigma.
Cafeína y enfermedades neurológicas y de memoria
Se ha establecido un vínculo preliminar inverso entre el consumo de
cafeína y la disminución de la memoria en las personas de más de 65
años de edad. Estudios en los que se administraba café a personas
con más de 65 años de edad divididos en dos grupos, uno de los cuales
tomaba café descafeinado mientras el otro ingería café normal mostraron
que aquellos que ingerían café normal no manifestaban pérdida de
memoria, mientras que el grupo que consumía café descafeinado mostró un
descenso en la memoria a corto plazo.
Cada vez son más los estudios que sugieren que el consumo de dosis
bajas de cafeína por largo plazo reduce el riesgo de padecer de
enfermedades neurológicas degenerativas como la enfermedad de Parkinson
y la enfermedad de Alzheimer (pérdida progresiva e irreversible de la
memoria y otras capacidades mentales) pero se necesitan estudios
concluyentes para determinar la efectividad real de la cafeína en la
prevención de tales enfermedades.
Un tema en el que se describe el origen del café aquí.
Para ir al índice general del portal aquí.
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